Ficción
Alicia Chávez y escribir con distancia
Por Lizandro Samuel
*La imagen de Alicia Chávez es de cortesía.
Alicia Chávez es escritora y periodista cultural nacida en Venezuela, radicada en Buenos Aires desde 2016. Su trayectoria ha transitado entre el periodismo y la comunicación digital, aunque es en la literatura donde ha encontrado el núcleo de sus pasiones e intereses. En 2021 publicó su primera novela negra, Exangüe; y en 2024 lanzó Cicatrices, un nuevo thriller psicológico.
Además, es fundadora del colectivo Autores Venezolanos en Argentina (AVA), un espacio dedicado a promover y visibilizar la producción literaria de escritores migrantes. También escribe reseñas de películas y series para revistas digitales, y ha colaborado con distintos blogs literarios con sus relatos. En 2025 formó parte de la antología de terror 24 Relatos Siniestros, del colectivo Nuevo Terror Argentino (NTA). Actualmente cursa la Maestría en Escritura Creativa en la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), donde continúa explorando sus obsesiones narrativas: el terror y lo monstruoso como parte inherente de la condición humana.
Con ella hablé en la séptima entrega de mi serie de conversaciones con escritores emergentes.
[Lee aquí el capítulo 6: Alejandra Banca y el triunfo de un primer libro]
Entiendo que toda tu actividad literaria pública ha ocurrido básicamente en Argentina, ¿correcto?
Sí. En Venezuela estuve en un par de publicaciones, pero fueron muy pequeñas. Hice un curso de escritura creativa y en el Icrea. Después de eso quedé embarazada, tuve que buscar empleo serio y le puse un poquito de pausa a eso hasta que llegué acá. Y ocurrió el duelo por la migración y pues no me quedó otra que escribir para poder salir un poco de ese estado.
O sea, fue una respuesta a algo que estabas viviendo más que algo que hayas buscado per se cuando migraste
Exactamente. Yo siempre tenía el objetivo de en algún momento dedicarme a esto, pero estuve en un punto en que no podía pensar en otra cosa que no fuera sobrevivir. La vida cotidiana se tragó ese sueño hasta que migré. Acá en Argentina, que era un lugar en el que yo quería vivir, todo está dado como para hacer arte. Es una sociedad extremadamente cultural, que es muy estimulante. Entre eso y la necesidad de hacer algo, terminé escribiendo mi primera novela como en tres meses. Fue así como un vómito rabioso y doloroso de un montón de cosas; de hecho, me costó después mucho la corrección, porque el proceso de escritura fue algo bastante intuitivo, bastante orgánico.
Tus publicaciones han sido autopublicadas, ¿cierto?
Sí. La primera fue en un editorial para autores independientes, pero fue una mala experiencia porque acá la industria de la publicación independiente es bastante prolífera, hay demasiadas editoriales pequeñas que te acompañan en la publicación. Con esta en particular me puse de acuerdo durante la pandemia, no estaba yo muy bien informada. Ellos no me asesoraron en nada: yo busqué mi corrector, yo busqué mi editor, la ilustración de la portada, yo busqué todo. Aparte no me gusta delegar nada, soy extremadamente fastidiosa con eso. Hice todo y yo esperaba un acompañamiento posterior en la difusión y distribución: eso no lo recibí.
Entonces, en la segunda novela, decidí que esta vez me encargaría yo de todo sin mediar con una editorial como con la que ya había trabajado.
Fui muchísimo más cuidadosa y la mandé a corregir dos veces, investigué muy bien el tema de la edición y de la impresión y tuve mucha más libertad, por ejemplo. Tardé muchísimo en buscar quién hiciera una portada como yo quisiera, y esa fue una experiencia espectacular porque di con una artista de collage que está en Bogotá y es venezolana: cocreamos la portada. A mí me encantó.
Lo que más me gustó es que mis prologuistas son muy admirados por mí. Jamás me esperé, cuando les entregué la novela, que me iban a dar un feedback tan significativo. Los prologuistas son Roberto Echeto y Norberto José Olivar.
¿Los conocías de dónde?
A Roberto lo conocí en dos o tres talleres que hice con en Caracas. Quedamos en contacto, sobre todo porque admiro la visión que tiene él de comunicar el arte. Y a Norberto José Olivar lo conocí por sus libros, es un escritor maracucho que escribe en clave maracucha y que habla sobre Maracaibo, pero a todo le mete fantasía y ese es mi tema. Para mí es como un mentor a distancia porque aparte él es como re tímido, he tratado de entrevistarlo acá varias veces y siempre tiene un pero. Sin embargo, al final accedió a hacerme el prólogo y me encantó.
Solo a él se le ocurre poner un vampiro a vivir en Maracaibo
Sí, es una genialidad. Un vampiro en Maracaibo es una de mis obras preferidas.
¿Y qué tal ha ido entonces la experiencia como autora autoeditada?
Lo que pasa es que tengo apenas tres meses de haber sacado el libro. Fui muy cuidadosa, hice una impresión pequeña para ir probando. Y lo que no gasté en una editorial lo estoy invirtiendo en promoverlo. Por ejemplo, le estoy pagando a una chica para que se encargue de repartir mi libro a diferentes bookstagramers, ellos han hecho buenas reseñas y eso se ha traducido en ventas. Pero si me preguntabas el mes pasado, me ponía a llorar aquí contigo porque no sentía que estaba ocurriendo nada. Ahora estoy teniendo más feedback y eso me tiene bastante contenta.
La verdad es que cuesta mucho, hay muchos escritores independientes buenos. A veces, participo en eventos de un colectivo que se llama Nuevo Terror Argentino y te codeas con un montón de gente muy talentosa: por todas partes hay producción independiente, entonces uno tiene que estar surfeando todo el tiempo. Sin embargo, es bastante emocionante, esas cosas positivas probablemente en Venezuela no me hubieran pasado, porque hubiera estado ocupada en otras cosas, así que yo estoy muy agradecida de estar acá haciendo esto, que me gusta.
¿Te has enfrentado al prejuicio de lo que es ser autor autopublicado?
Mira, no, porque acá es algo bastante común. Además, soy muy minuciosa, trato de tener la máxima calidad posible. Soy extremadamente perfeccionista y trato siempre de seguir estudiando. Ahora estoy cursando una maestría en escritura creativa, en la Universidad Tres de Febrero.
¿Eres escritora venezolana o escritora argentina?
Ay, esa pregunta es lo máximo. Yo pasé por muchas crisis. Porque cuando hice la primera novela, que se la di a mi primer editor, que era argentino, él me corrigió todos los tú por vos. Yo no tenía ni un año viviendo aquí. Me sentí extremadamente interpelada. Él me dijo: “Si vos vas a vender tu novela acá en el mercado de Argentina, tenés que vocear”. Yo me sentí muy incómoda.
Hablé con mi queridísima y admirada profesora que se llama María Libertad, que ella fue docente de la Universidad en Perú y ahora está en Nueva Zelanda. Le pregunté cómo se toma esa decisión. Porque aparte yo no tenía experiencia. Ella me dijo: “Tú tienes que escribir los textos en donde tú te sientas más reflejada”. Y me di cuenta que yo no podía ni vocear, ni tampoco podía decir coño de la madre, o sea, estaba como en un proceso donde tenía que terminarme de adaptar: no me sentía de ninguna parte. Al final mis dos primeras novelas están localizadas en un país cualquiera, en una ciudad cualquiera. Pero recién publiqué un cuento de terror en una antología que está situado en el Páramo de La Culata.
Así que ahorita estoy en una exploración, en una búsqueda de reconectar con el Caribe o con algunas cosas de Venezuela. Siento que hay un vacío, muchas cosas por abordar, tantas leyendas espectaculares que me contaron cuando era chiquita: sobre algo de eso estoy empezando a trabajar a la distancia. Porque, aunque no lo creas, la distancia permite generar una perspectiva diferente.
Cofundaste algo que se llama Autores Venezolanos en Argentina
Sí, sí, lo cofundé con varios autores, pero ahora estamos en una pausa. Porque lo que más nos unía a todos es que somos venezolanos, pero nos dimos cuenta de que cada uno estaba persiguiendo cosas diferentes en lo creativo. Pero sí, hay mucha gente que quiere formar parte del colectivo, pero por ahora es difícil porque estamos trabajando en una forma nueva de asociación.
Algo que de hecho quizá fue un problema [ríe] es que nos reuníamos y lo que no hablábamos en la cotidianidad sumergidos de tanta argentinidad lo hablábamos allí. Llevábamos arepas, tequeños, a mí se me salía la maracucha. Y, bueno, bien [ríe], pero había que poner manos a la obra, ¿no?
La verdad es que los quiero mucho a todos.
Quedó claro que el tema de la autopublicación es algo chiquito, que estás moviendo unos pocos ejemplares por tu cuenta. inevitablemente vamos a la siguiente pregunta: ¿de qué vives tú en Argentina?
Claro, yo soy periodista y soy comunicadora y trabajo en una consultora de comunicación. Soy PR y la empresa se dedica a dar soluciones de mercadeo digital a empresas grandes. Y por otro lado, por mi cuenta, hago redes sociales y marketing media.
¿Y cuáles son los planes en tu carrera literaria a corto y mediano plazo? O sea, ¿qué estás persiguiendo?
Ahorita tengo un proyecto con un amigo argentino de armar una antología de cuentos; él es ilustrador, le gusta como escribo, me habló y me propuso hacer un libro ilustrado. Además, tengo un proyecto con el colectivo Nuevo Terror Argentino para llevar mi novela a distintos lugares.
Ya estoy terminando la maestría, en donde mi trabajo final será mi tercera novela. Ya tengo una idea para ir trabajando en eso.
Historias similares
Más allá del valle de frailejones
Sacó un cigarrillo, lo encendió, aspiró y celebró. Era primera vez que le prestaba atención al valle de frailejones, esos arbustos descoloridos que crecen en el frío y adornan todos los paisajes andinos que recuerda de su niñez.
La profesora Miyó
En cuanto a la enfermera que se encargaba de asistir y/o perseguir a la profesora Miyó era una mujer correcta; prestaba atención a las clases y tomaba nota.
Ave María (en voz baja)
Juana murmuró un Ave María entre gemidos, mientras Joseph santificó cada caricia con manos devotas; su mente ya no estaba en Dios ni en rezos; su cuerpo ardía con un solo deseo: romper su virginidad.
Suscríbete a nuestro boletín
Prometido: vamos a enviarte pura información cool, de esa que de seguro te interesa (chismecitos literarios, cosas para reir, tips para tu guion, etcétera). Y, obvio, también te mantendremos al tanto de todas las novedades con respecto a nuestros talleres.

Quiénes somos
Una productora cultural que trabaja en torno a la literatura, el cine, las series y el humor. Nuestra actividad principal es organizar talleres formativos en esas disciplinas.
Links del Sitio
Contacto
Para información sobre los talleres y nuestros libros:
inscripcionesc.amarillo@gmail.com
Para cualquier otra información:
productorac.amarillo@gmail.com
0 comentarios